La mayoría de los productos naturales contienen humedad. El contenido de agua por sí mismo es raramente interesante. Por el contrario, muestra si un producto que se pretende comercializar y producir tiene propiedades estándares como
– aptitud para almacenamiento, – aglomeración en el caso de tratarse de un polvo, – estabilidad microbiológica, – propiedades de flujo, viscosidad, – peso en seco, – concentración o pureza, – grado comercial (cumplimiento de los acuerdos de calidad), – valor nutricional del producto, – conformidad legal (regulaciones normativas en cuanto a alimentación).